viernes, 24 de abril de 2009

¿El pueblo al poder o clase alta abogando por el pueblo?

Silvio Berlusconi, presidente por tercera vez en Italia. Dueño de la mayoría de los canales de televisión de su país y poseedor de la fortuna número 90 en el ránking mundial. “Es tan rico que cuando llegue al gobierno no necesitará robar”, decían los miembros de su comité político, según la revista Alma Magazine en junio de 2008. ¿Le suena ese argumento a alguien?

Berlusconi entró al gobierno mediante una campaña totalmente mediática, aprovechando sus recursos personales para hacer propaganda y utilizando toda la tecnología disponible para mejorar su aspecto físico, el italiano ricachón logró conquistar al pueblo prometiendo la mejora de obras públicas, rebaja de impuestos (cuando se supone que a base de los impuestos se mejoran las obras públicas) y mano dura contra la delincuencia.

El italiano de las cirugías plásticas, zapatos con taco e injertos de pelo, consiguió que Italia se creyera el cuento del empresario exitoso, tanto gobernando como negociando. Y consiguió aplastar a su rival más cercano en la última elección.

Todo lo anterior es resultado de una campaña cuidadosamente llevada, de un manejo inteligente de los medios de comunicación a su disposición y “el don de la palabra” de este abogado.

Evo Morales, primer presidente indígena que tiene Bolivia. Fue dirigente sindical, activista, no tiene estudios superiores. Sigue usando su clásico chaleco tejido a la usanza de los indígenas bolivianos, orgulloso de sus raíces. Y con razón, si fueron las mismas las que lo llevaron al poder.

Entre sus propuestas, frente a un pueblo boliviano que superó hace poco sus abismantes tasas de analfabetismo, estaban las de nacionalizar las materias primas disponibles. Que el dinero se quede en Bolivia. Además, se encargó todo este tiempo de hacer que cada boliviano en su país celebre el día del mar, en circunstancias que en estos momentos mantiene con Chile un conflicto por la misma causa.

El origen de Morales y la cercanía con la que la gente lo percibe, fue lo que lo llevó a la presidencia. ¿Quién mejor que un vecino para gobernar y conocer las reales necesidades del pueblo?

Como la mayoría de los ingresos del país provienen de la explotación del gas como materia prima, el país ha crecido desde que Morales está en el poder. Ello, obviamente, ha acarreado mucha popularidad y aceptación para su gobierno, al punto de que puede hacer lo que quiera y seguir siendo igual de popular. Ejemplo de ello es la reciente huelga de hambre que protagonizó el mandatario, con la que tardó sólo cinco días en lograr su objetivo: tener la posibilidad de ser reelecto en las próximas elecciones.

¿En qué se diferencian estos dos gobiernos, de continentes completamente distintos y corrientes políticas opuestas? O más bien, ¿en qué se parecen?

Evo Morales y Silvio Berlusconi han logrado que su pueblo crea ciegamente en ellos, pese a que los resultados no son siempre los mejores.

Pueden hacer el comentario que quieran y ser tremendamente mal juzgados a nivel internacional. Pero pueden hacerlo sin perjuicio de bajar su popularidad al ser evaluados por sus compatriotas.

Tal como el ejemplo de la huelga de hambre, está la declaración memorable de Berlusconi respecto de las familias albergadas en carpas que dejó el reciente terremoto ocurrido en el norte de Italia. “será como un día de camping”. La declaración, que hacía alusión a las carpas donde estuvieron durmiendo los damnificados de dicha tragedia, cruzó las fronteras. Se habló de ella alrededor del mundo, pero en realidad, para el presidente italiano no implicó mayores conflictos.

Por otro lado, llevando la comparación a otro campo, si bien Morales no cuenta con el poderío de los medios de comunicación en Bolivia, no es necesario, puesto que su fuerza de electores se encuentra cercana a él. Y le creen, creen lo que dice y están de acuerdo en todas las políticas, por muy extremas que sean. Evo habla desde el pueblo hacia el pueblo.

La calidad de la labia de Berlusconi va por lo mismo, pero a través de un medio diferente. Él también necesita el apoyo de su pueblo, pero lo consigue desde la posición que les es más cómoda, que es a través de los medios de los que es dueño. Como Berlusconi no pertenece al proletariado, probablemente se vería extraño recorriendo poblaciones de las que poco conoce. A cambio de eso, se toma los canales de televisión y tapiza de propaganda, hasta que no deja espacios desocupados.

La imagen ha sido muy importante también, para ambos mandatarios. Eso sí, a distintos niveles. Morales nunca dejó de vestir como lo ha hecho seguramente toda su vida. Ni siquiera dejó de lado la línea divisoria de su tupida cabellera que siempre ha dividido su denso casco negro en dos. Es su sello y si de repente apareciera con terno, corbata y gel en la cabeza, dejaría de ser parte de su pueblo, como siempre lo ha sido.

Sin embargo, Berlusconi es un hombre de dinero. Una estrella, todo un personaje, que se ha encargado de, aparte de ser un presidente para Italia, de ser una cara visible bonita para el resto del mundo. Todo vale la pena, desde injertos de cabello y cirugías plásticas, hasta extremas rutinas deportivas para bajar de peso y zapatos con tacones ocultos, para mejorar lo que siempre le ha traumatizado: la baja estatura.

Aunque cada uno a su manera, ambos se preocupan de explotar la imagen de mandatario que quieren dar al mundo y a su pueblo, que es la que los ha hecho, en gran medida, lo que son en sus respectivos países.

¿Promesas económicas? Ambos, como populistas, han sido expertos en prometer el paraíso a los que lo exigen.

En Italia, los electores han exigido la modernización de las carreteras, pero exigen también dejar de pagar altísimos impuestos. No se sabe cómo, pero Berlusconi se las ha arreglado para invertir y aumentar el gasto en obras públicas, sin que implique un gasto extra a los bolsillos de los italianos. Si es bajando la calidad, ahorrándose estudios o fiscalizaciones, es asunto de Silvio.

Lo mismo ocurre con Evo. Sin ir más lejos, el crecimiento económico que ha tenido Bolivia es a través de la exitosa (para ellos) nacionalización del gas. Pero Evo, no se engañe: ¿Qué hará cuando el gas, que es una materia prima y un recurso no renovable, se acabe?

En fin. Continentes diferentes, looks diferentes y fortunas bastantes más que dispares. Uno abogado, el otro sin estudios, más que el haber crecido con necesidades y sin haber sido escuchado por sus mandatarios, pero que han encontrado en el populismo, una manera de iniciar el gobierno de su clase social.

Y si el mandatario es de izquierda o de derecha, finalmente lo que buscan es lo mismo: el apoyo de muchos para el beneficio de la clase que a ellos les interese beneficiar.

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